Esta publicación entrega una breve revisión de los principios de enseñanza que presenta Doug Lemov en el primer capítulo de su nuevo libro «Enseña como un maestro 3.0» como ejes organizadores. Al final puedes encontrar una infografía que resume los principios en una plana descargable.
En Aptus estamos muy contentos de haber publicado en español la nueva versión (3.0) del aclamado libro del profesor Doug Lemov «Enseña como un maestro». Se trata de un libro que aporta innumerables recomendaciones prácticas y reflexiones para ayudar a los docentes a mejorar sus propias formas de enseñar según sus contextos específicos.
Además de incluir nuevas técnicas de enseñanza, este nuevo libro incluye explícitamente los fundamentos científicos que subyacen a aquellas. De estos fundamentos, Lemov extrae 5 principios que condensan hallazgos de las ciencias cognitivas, psicología educacional, ciencias de la educación, y la experiencia práctica que han acumulado en Uncommon Schools producto de observar, analizar y acompañar miles de clases de diversos docentes.
Nos parece que presentar los principios como ejes del libro es un gran acierto porque permite que los docentes comprendan el por qué, cuándo y el cómo aplicar las técnicas analizando sus contextos particulares. Si solo nos enfocamos en las técnicas por sí mismas, podemos errar en su adecuada aplicación; si desarrollamos un criterio de cuándo y por qué utilizarlas en base a fundamentos científicos, será más probable que tengamos éxito. Así lo explica el autor:
«Pero la técnica en sí y la habilidad para describirla no son suficientes. Muchos de nosotros dictamos casi mil clases al año, algunas de las cuales hemos diseñado nosotros mismos y otras en que llevamos a cabo las planificaciones de otra persona. La experticia significa tener en cuenta un flujo constante de variables y contextos distintos» (p. 2).
Los 5 principios son:
1. Entender la estructura cognitiva humana implica desarrollar la memoria a largo plazo y gestionar la memoria de trabajo.
- Existe bastante consenso en las ciencias cognitivas y neurociencias, en que existen dos estructuras principales en nuestro sistema cognitivo: la primera es la memoria de trabajo que es el espacio mental donde ocurre el pensamiento presente y que se caracteriza por ser muy limitada en capacidad, es decir que se sobrecarga fácilmente cuando está tratando de manejar conocimientos desconocidos (Sweller et al., 2020). La segunda es la memoria a largo plazo, que es la parte de la memoria donde se almacenan los conocimientos más duraderos, gracias a los cuales la memoria de trabajo puede funcionar con menor probabilidad de sobrecarga siempre y cuando esos conocimientos puedan relacionarse con los nuevos.
2. Los hábitos aceleran el aprendizaje.
- Formar hábitos para el aprendizaje y el comportamiento es fundamental para liberar espacio en la memoria de trabajo. Cuando tenemos hábitos consolidados, los podemos ejecutar prácticamente sin reflexionar (es decir, casi sin usar memoria de trabajo).
- Además, los hábitos potencian conductas positivas que van más allá de solamente reducir los malos comportamientos (Evidence Based Education, 2022).
3. Los estudiantes aprenderán aquello a lo que le presten atención.
- Si bien la atención es una capacidad individual que varía entre estudiantes, la capacidad para enfocarla en cierta información por sobre otra (atención selectiva) cambia mucho según la cantidad o tipo de estímulos que haya en el entorno, incluso en una misma persona.
- Eliminar ciertas distracciones en la sala y construir hábitos de atención puede ayudar mucho a prevenir este problema.
- Este principio nos recuerda a como lo plantea Peps Mccrea (2020) del Ambition Institute: “Prestar atención es el principal guardián del aprendizaje” (p. 6).
4. La motivación no depende solo de cada estudiante; nace a partir de un contexto en que influyen:
- Normas sociales implícitas: todo grupo funciona a partir de normas sociales invisibles que determinan qué es deseable.
- Sentido de pertenencia: nos sentimos motivados a realizar conductas que nos hagan sentir parte de un grupo. ¿Cuál es la identidad del grupo? ¿Podemos crear una identidad “intelectual” en esta asignatura?
- Cultura entre pares: cuando miembros valorados por un grupo exhiben conductas de cierto tipo, los pares tenderán a querer comportarse de la misma forma y así se van creando normas implícitas de lo que es deseable en ese contexto. Es decir, si en un aula lo bien visto es participar, decir lo que se piensa sin miedo al error o discutir de forma respetuosa: los estudiantes se sentirán motivados a actuar de esa forma.
«Una buena aula asegura que los estudiantes vean a sus pares leer y escribir con entusiasmo porque esta es una excelente forma de hacer que cualquier estudiante quiera –o, al principio, esté dispuesto a- leer o escribir» (p. 31).
5. Enseñar bien es construir relaciones.
«Enseñar bien es la forma más efectiva de mostrarle a un estudiante que nos importa y de establecer una relación con él» (p. 32).
Solemos pensar que las buenas relaciones con los estudiantes deben preceder a una enseñanza de excelencia, sin embargo, Lemov plantea que con el mismo acto de «enseñar bien» podemos desarrollar relaciones de confianza en las que los estudiantes sepan que a nosotros nos importan. Pero ¿en qué aspectos se puede ver esta buena enseñanza? El autor da algunas ideas que muestran que en su perspectiva siempre ha estado la preocupación por las relaciones con los estudiantes. Algunos aspectos que parecieran ser meramente académicos en realidad comunican una preocupación genuina:
- Comunicar altas expectativas (o “asumir lo mejor”): realizando clases que incluyan desafíos cognitivos que les transmitan que confiamos en sus capacidades para ir más allá de lo que ya saben.
- Chequeo de la comprensión: las prácticas que buscan entender qué están pensando los estudiantes enseñan a cómo interactuar de forma adecuada con los contenidos académicos. Por ejemplo, cuando les hacemos preguntas a varios estudiantes al azar (sin calificaciones de por medio) les estamos diciendo “me importa que entiendan esto, porque todos ustedes me importan y quiero saber qué han entendido para mejorar mi forma de enseñar”.
- Hacerlos sentir seguros, exitosos y reconocidos: no sirve de mucho sonreírle a un estudiante mientras da su opinión en una discusión e incentivar que profundice en su respuesta, si permitimos que luego sus pares se burlen de él. Los estudiantes deben sentirse seguros y reconocidos como personas, y sentir que aprenden los contenidos académicos necesarios para tener éxito en su asignatura.
«La enseñanza exitosa es, por lo menos, tanto la causa como el resultado de las relaciones efectivas. (…) Para mí todo el libro se trata sobre cómo desarrollar relaciones» (p. 34).
5 principios de enseñanza efectiva
Lecturas complementarias
Evidence Based Education. (2022). ¿Qué es el ”buen” comportamiento y cómo pueden fomentarlo los docentes? (obra traducida por Aptus en 2022).
Sweller, J., van Merriënboer, J. y Paas, F. (2020). La arquitectura cognitiva y el diseño instruccional: 20 años después. Educational Psychology Review, 31, 261–292. Aptus trad. (obra original publicada en 2019).
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