El post habla sobre el desarrollo profesional continuo y la formación docente. Entrega ideas claves respecto a la capacitación de los equipos docentes en el contexto de clases remotas.
Josh Goodrich (invitado al blog de Harry Fletcher-Wood)
A continuación, se presentan en un solo post dos publicaciones1 escritas en el blog de Harry Fletcher-Wood por Josh Goodrich. Josh está a cargo del desarrollo profesional docente en Oasis Academy Southbank y es el creador de Powerful Action Steps, una herramienta web para la formación docente, que ayuda a los profesores y mentores a priorizar qué mejorar y a practicar cómo mejorarlo.
Dylan Wiliam afirma que, cuando pensamos en desarrollo profesional continuo y en formación docente, necesitamos pensar en el «Qué» y el «Cómo» (2007). En otras palabras, necesitamos elegir aquello (el «Qué») que produzca mayor impacto al capacitar a los profesores y, después, pensar cuidadosamente en los métodos más efectivos para asegurarnos de que progresen en esas áreas (el «Cómo»).
Este marco de referencia es importante de considerar para pensar cómo seguir capacitando a nuestros equipos docentes mientras las escuelas permanezcan cerradas por la actual emergencia. Sobre todo, nos ayuda a responder una pregunta importante sobre el desarrollo profesional continuo durante el confinamiento:
¿Por qué debería importarme capacitar a los profesores en nociones pedagógicas que pronto serán inútiles?
Esta es efectivamente una pregunta relevante, que si bien, su respuesta debería influir en la elección del «Qué» y del «Cómo»; en ningún caso, debería resultar en la decisión de no formar a los docentes durante el confinamiento. En la primera parte de esta publicación, buscaré responder a esta pregunta en lo que respecta al «Qué». Posteriormente, me enfocaré en el «Cómo».
1.1 Fundamentos
La enseñanza remota también es enseñanza; los profesores que están enseñando en línea definitivamente no es que estén ejerciendo una profesión completamente distinta. Sin embargo, es un tipo de enseñanza en la que se amplifican enormemente algunos de los elementos centrales de una práctica de enseñanza efectiva en tiempos normales, mientras que otros se reducen o incluso se silencian completamente. Para enseñar de forma efectiva en línea, es necesario concentrar toda nuestra atención en un diseño y una pedagogía que apunten a aquellos principios que se hacen más relevantes en esta situación. De esta forma, la urgente necesidad de capacitar a nuestros equipos para que sean capaces de gestionar comportamientos disruptivos de los estudiantes ha sido silenciada (al menos hasta cierto punto), mientras que se ha amplificado la necesidad de asegurarnos de que nuestros docentes sepan diseñar clases que gestionen cuidadosamente la atención y el pensamiento de nuestros estudiantes.
En estos días he explicado el desarrollo profesional continuo a los profesores de mi escuela usando la analogía de Eliud Kipchoge. Kipchoge es un maratonista kenyano, el primero en correr una maratón en menos de dos horas y uno de mis héroes personales. Una de las razones por las que Kenya es un país que sobresale en las carreras de larga distancia es que Kipchoge, y corredores como él, entrenan en altura; pasan tanto tiempo corriendo en los ambientes bajos en oxígeno de sus ciudades natales, que, cuando bajan a nivel del mar y corren una maratón, sus cuerpos están mucho mejor adaptados para correr de manera eficiente.
Creo que la enseñanza efectiva en contextos remotos funciona de forma similar. Es tan difícil hacer que los estudiantes aprendan efectivamente en línea —las barreras para esto son tanto más sustanciales— que, si los profesores aprenden a superarlas mientras enseñan “en altura”, cuando vuelvan a sus salas de clases “a nivel del mar”, su forma de enseñar habrá mejorado.
En mi escuela, hemos descubierto que algunos de nuestros estudiantes están accediendo a las clases desde sus celulares, sin un escritorio o un lugar silencioso donde trabajar, además de tener demandas externas permanentes sobre su atención (Fortnite, hermanos menores que pelean, etc.). Si un docente puede planificar y dictar una clase que sea tan clara y esté tan bien estructurada como para que estos estudiantes puedan aprender, ¡esto solo puede tener un impacto positivo cuando finalmente vuelvan a la escuela!
1.2 Entonces, ¿qué es lo importante?
En las aproximadamente ocho semanas en que he estado enseñando de forma remota, me ha quedado claro que los siguientes principios de enseñanza efectiva, que además están interconectados, se amplifican:
- Diseñar clases que capturen y orienten la atención de los estudiantes cuidadosamente, porque nuestra capacidad de manejar esto de forma remota es muy limitada y porque los estudiantes posiblemente tienen muchas demandas adicionales sobre su atención.
- Diseñar y hacer clases que motiven a los estudiantes y los ayuden a lograr el éxito, porque, en casa, los estudiantes no tienen las indicaciones y respaldos normales que los ayudan a navegar nuestras clases y completar de forma exitosa las tareas que les asignamos.
- Diseñar clases que guíen y supervisen el pensamiento cuidadosamente, porque necesitamos que los estudiantes tengan éxito al pensar lo que queremos que piensen, y porque potencialmente hay una larga lista de cosas poco útiles en las que los estudiantes podrían pensar en lugar de eso.
- En el diseño de nuestras clases es necesario integrar sistemas y procesos de rendición de cuentas para chequear el pensamiento y el trabajo logrado de los estudiantes, porque nuestros métodos “normales” de verificación no siempre estarán disponibles para nosotros.
Está claro que, si ayudamos a nuestros docentes a desarrollarse en estas áreas cruciales, no solo serán más capaces de hacer clases remotas efectivas, sino que, cuando vuelvan a clases donde las cosas son mucho más fáciles, su enseñanza será mucho más potente.
He estado trabajando para transformar estos cuatro principios en una serie de pasos a seguir y tareas prácticas que los profesores puedan usar para desarrollarse y mejorar. Estos se pueden encontrar aquí.
Cómo implementar un sistema de desarrollo profesional docente de manera remota
En la primera parte de esta publicación, hablé sobre qué es lo que considero más importante al enseñar en forma remota y cómo esto podría relacionarse con lo que suceda cuando volvamos a la escuela. Examinamos el «Qué» de la enseñanza estudiantil durante el confinamiento y abogué por cuatro principios interconectados que deberían ser el foco del desarrollo profesional continuo durante el confinamiento. La segunda pregunta se relaciona con el «Cómo» del desarrollo profesional continuo: ¿cómo podemos capacitar a nuestros profesores en estos principios de forma efectiva?
Teoría del aprendizaje
Tenemos una oportunidad real de trabajar con nuestros profesores durante el confinamiento para mejorar su conocimiento y comprensión de la teoría del aprendizaje. Sin embargo, existe un riesgo de que concentrarse en la teoría del aprendizaje contribuya a lo que nuestros profesores saben, sin tener mucho impacto sobre lo que hacen. Así es como intento reducir esta brecha.
Supongamos que quiero trabajar con los profesores la importancia de incluir puntos de pausa2 regulares en sus clases; es decir, momentos en que el profesor hace una pausa en la exposición y pide a los estudiantes que piensen y hagan algo (Doug Lemov escribe sobre los puntos de pausa aquí). Podría explicar a los profesores que la atención es el centinela del aprendizaje y presentar estudios sobre la capacidad atencional. Esta probablemente sería una forma lenta de lograr un cambio en lo que los profesores hacen para diseñar y dictar sus clases. Los docentes podrían terminar la sesión con una comprensión clara de lo que es un punto de pausa y por qué se debe usar, pero sin tener una idea clara de cómo hacer que esto funcione en la práctica.
Para remediar esto, he estado tratando de hacer mis sesiones usando modelaje explícito. Esto consiste en que el líder de la sesión modele una técnica en acción, al mismo tiempo que enseña a los participantes la teoría detrás de la técnica. En otras palabras, se trata de enseñar la teoría del uso regular de puntos de pausa para gestionar la atención y, al mismo tiempo, usar muchos puntos de pausa para gestionar la atención de los profesores que participan en la sesión. Esto deberá ayudarles a “vivir el aprendizaje” y experimentar el ser estudiante, ojalá entregándoles modelos mentales útiles que puedan aplicar después en su práctica docente.
Es muy importante organizar esto de la forma adecuada para los profesores. Para esto, es necesario a) señalar explícitamente lo que estás modelando, b) por qué lo estás modelando, c) lo que esperas que tus profesores saquen de esto y d) qué rol quieres que los profesores adopten. Por ejemplo:
- “En esta sesión, modelaré el uso de puntos de pausa en una lección, además de explicar algo de lo que nos muestra la evidencia sobre manejar la atención de los estudiantes. Durante esto, los trataré como si fueran estudiantes de mi clase. Espero que, como resultado, vean cómo podrían utilizar los puntos de pausa de forma realmente práctica”
Acompañamiento, retroalimentación y práctica
Otros pasos de vital importancia para ayudar a los profesores a integrar en su práctica los principios que son importantes para la enseñanza remota son el acompañamiento, la retroalimentación y la práctica. Frecuentemente, los profesores “captarán” completamente el principio al terminar la lectura, pero seguirán recurriendo a viejos hábitos cuando enseñen. El acompañamiento es el vínculo vital para superar esto.
Harry ha escrito sobre el coaching instruccional como un método excelente para mejorar la calidad de los profesores, y existe un conjunto de evidencia cada vez más grande, reunido en un metaanálisis de Kraft et al. (2018), de que este es un método altamente efectivo para mejorar la calidad de los docentes.
Curiosamente, enseñar de forma remota puede hacer que el acompañamiento sea mucho más simple. Ya sea que estés haciendo clases en vivo o con videos grabados, la posibilidad de que el mentor3 observe la sesión se remite simplemente a indicarle el sitio web donde puede encontrar la grabación o transmisión de la clase. He escrito una serie de “pasos a seguir” para la enseñanza remota que ayudan a los mentores de docentes a entregar retroalimentación de clases efectiva. Estos se basan en el «Qué» de la enseñanza remota y se pueden encontrar aquí.
Hacer que los profesores practiquen remotamente es un poco más desafiante, pero he tratado de superar esto incluyendo tareas prácticas y criterios de éxito claros dentro de mi serie de “pasos a seguir”. Este es un ejemplo:
Paso a seguir: Haz un llamado a la acción a los estudiantes para que se posicionen como aprendices esforzados. Asegúrate de que estén preparados para trabajar y pensar arduamente: “Estamos a punto de comenzar a trabajar y pensar arduamente, así que estén preparados. ¡Vamos!”
Práctica:
- Prepráctica 1: Elige una clase a analizar y define un guion de un llamado a la acción que sea apropiado para el grupo.
- Prepráctica 2: Lee el guion y discute cómo mejorarlo, usando los criterios de éxito.
- Práctica deliberada: Practica el guion, usando los criterios de éxito para mejorar tu forma de enunciarlo.
Criterios de éxito:
Guion:
- Destaca la importancia: “Estos exámenes son la clave para su futuro”.
- Establece el desafío: “Esta clase va a ser difícil”.
- Transmite convicción: “Pero sé que todos tendremos éxito”.
- Llamada a la acción: “Manos a la obra”.
Comunicación:
- Tono auténtico.
- Tono de voz positivo.
- Fluidez y claridad.
- Expresión facial transparente y alegre.
Usando los criterios de éxito de la práctica, es razonablemente simple ayudarle a un profesor a practicar su planificación de clases y su forma de comunicar.
Conclusión
Volvamos a la pregunta que planteé al principio:
- ¿Por qué debería importarme capacitar a los profesores en nociones pedagógicas que pronto serán inútiles?
He afirmado que deberíamos seguir capacitando profesores durante el confinamiento, pero que deberíamos priorizar cuidadosamente los elementos de práctica que a) mejoren su habilidad de hacer clases remotas, al mismo tiempo que b) los hagan mejores profesores para cuando vuelvan a la sala de clases (el «Qué»).
Finalmente, compartí los métodos a través de los cuales creo que podemos asegurar que este tipo de formación tenga impacto (el «Cómo»).
La idea detrás de todo esto es que – tal como lo hizo Kipchoge – los profesores puedan salir de los extraordinarios desafíos que presenta el confinamiento siendo mejores que antes. ¿No sería genial?
Referencias
Este post es posible gracias a la generosidad de Harry Fletcher-Wood que nos ha permitido traducir sus interesantes publicaciones. Para acceder a la publicación original en inglés haga click aquí y aquí.
Otros recursos del autor
Fletcher-Wood, H. (2022). Enseñanza receptiva: aplicaciones en terreno de las ciencias cognitivas y la evaluación formativa. Disponible en editorial Aptus (obra original publicada en 2018).
Fletcher-Wood, H. (2021). Aprendizaje profundo: estructurar y organizar el conocimiento-actualización sobre la enseñanza receptiva. Disponible en Aptus blog (obra original publicada en 2017).
Fletcher-Wood, H. (2020). Toda la formación docente debería enfocarse en la práctica. Disponible en Aptus blog (obra original publicada en 2015).
Fletcher-Wood, H. (2021). Mejorar la enseñanza y el aprendizaje: ideas para jefes de departamento. Disponible en Aptus blog (obra original publicada en 2017).
Fletcher-Wood, H. (2020). Aprender en tiempos de coronavirus: planificar la escuela a distancia. Disponible en Aptus blog
Notas del traductor:
- Puedes revisar los posts originales en inglés aquí y aquí.
- Los puntos de pausa son instancias en las que los estudiantes realizan una actividad que les permite recapitular lo visto o el docente hace un resumen de ello.
- El mentor puede ser externo o interno, como un docente con mayor experticia o un líder instruccional.